jueves, 29 de junio de 2023

Mi vida ha cambiado

 Dos años y medio de dolores de cabeza que no se iban, dolor y rigidez en el brazo y, durante este año, una creciente y dolorosa rigidez en la pierna han resultado en un diagnóstico de la enfermedad de Parkinson. Así es, parece ser que tengo Parkinson desde hace unos tres años pero hasta ahora no he tenido un diagnóstico. Estoy bien, tranquilo, porque desde que lo sé he dejado atrás una larga angustia causada por múltiples dolencias que no sabía de dónde venían: además del dolor, apatía, desinterés por las cosas sobre todo del trabajo, y en particular del terreno de la investigación, una severa bajada del rendimiento laboral, visos de depresión, sufrimiento en general que me impedían disfrutar de la vida como debe hacerse. Pero ahora sé qué me pasa y, aunque la noticia es dolorosa en un primer momento, y el dolor físico sigue por días, desde el punto de vista médico me han señalado un escenario de vida normal y activa, lo cual es bastante esperanzador. Sin embargo, lo más importante es que este giro vital me centra en lo más importante: disfrutar de la vida y ser feliz. Hacia allí me dirijo, con más sentido que nunca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por la forma tan inteligente en que hablas del tema, así ayudas también a otras personas. La ciencia está avanzando muchísimo en este reto y lo hará mucho más en los próximos años. Ramón.