Dominique Schnapper en su libro de memorias Travailler et aimer cuenta una anécdota que le ocurre a ella y a su padre, Raymond Aron, en pleno mayo del 68 (la traducción es mía):
"Mi situación en el Centro, entre Aron y Bourdieu, era evidentemente muy poco confortable. Escuchaba con indignación ese lenguaje revolucionario, cuando todos nosotros eramos pequeños burgueses más o menos acomodados, instalados en el confort de la función pública para el resto de nuestras vidas, alimentados por la República y perfectamente libres de criticarla. Me sentía muy ajena al movimiento en la forma que tomaba, por lo menos dentro de los laboratorios de ciencias sociales [...] Episodio cómico: en medio de la "revolución", Edgar Morin le pidió una cita a Raymond Aron. Yo me preocupé un poco, porque Edgar Morin estaba en el centro del movimiento. Mi inquietud era completamente infundada: ¡vino a contarle sus problemas de carrera en el CNRS! Era ligeramente surrealista para un "revolucionario"... [...] Me indignaba, por mi propia concepción de la sociología, al ver a mis colegas participar directamente en ese movimiento, como si su práctica profesional no sirviera más que para dar argumentos a la "revolución" en lugar de relativizarla, apreciarla, criticarla y comprenderla. Incluso algunos de ellos no dudaban en afirmar que su actividad de investigadores les hacía participar en la revolución en curso, que luchaban con las "masas", las "clases desfavorecidas" y los "dominados" contra los "dominantes". Cuando tenían preocupaciones profesionales, contaban que era por culpa de la tiranía del gobierno, ¡cuando en aquella época se promocionaba en el mundo académico siendo de izquierdas o comunista! En fin, me parecía que ahí había una mala fe bastante insoportable" (pp. 58-60)
Me parece que esto nos enseña que hay que fiarse más bien poco, o nada, de las cuitas y luchas que involucran a los académicos, especialmente en las ciencias sociales. Detrás de intereses de supuesta justicia, o de "mejorar el mundo", la mayoría de las veces no hay más que luchas de egos, preocupaciones de promoción y ascenso y mucho, mucho egoísmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario