Sin embargo, superada la primera dificultad, la Sociología del Derecho ha acabado siendo para mí una materia apasionante. Preguntas como: ¿cómo se produce y quién produce el Derecho? ¿Cómo se legitima el Derecho vigente y cómo cambia? ¿Cómo influye el cambio social sobre el Derecho y cómo el Derecho puede ser un instrumento de cambio social? Son preguntas de grandísimo interés en sociedades donde el Derecho está en todas partes y atraviesa constantemente nuestras vidas, pues el Derecho no solo nos viene de arriba, sino que es, en sociedades democráticas, un "lugar común", una experiencia común y cotidiana que afecta a nuestras vidas en función de la posición social que ocupamos cada uno de nosotros.
El proceso de enseñanza y aprendizaje de la disciplina pasó por varios estadios. El siguiente curso que tuve que impartir la asignatura, impartí un programa ya bastante completo de Sociología del Derecho pero, como algún estudiante me hizo ver a finales de curso, ¿qué tenía que ver dicha materia con la criminología? Ciertamente, me faltaba abordar un vínculo más claro entre ambas áreas de conocimiento. Ahí es donde apareció a mi rescate Susan Silbey, coautora de un gran trabajo de sociología del Derecho, yo diría que ya convertido en un auténtico "clásico", The Common Place of Law, con un magnífico artículo de 2002 llamado "Mutual Engagement: Criminology and the Sociology of Law" publicado en Crime, Law & Social Change, 37: 163-175. Exactamente: la sociología del Derecho y la criminología ocupan un espacio de compromiso mutuo. No es posible la una sin la otra, o al menos no es posible una criminología realmente completa sin contar con una perspectiva sociológica del hecho delictivo y de su regulación.
A partir de entonces todo ha sido disfrutar de este fructífero campo de estudio. Las referencias norteamericanas e internacionales ayudaron a mejorar un programa de estudio más basado en los grandes debates de la ley y el control social, la ley y el cambio social, la evolución de la legitimidad del Derecho y de la idea de justicia, con ejemplos cada vez más cercanos a los estudios criminológicos. El manual de Steven Vago "Law and Society", el más utilizado en los programas académicos norteamericanos, ha ayudado mucho en la mejora del programa, pero sobre todo quiero destacar la introducción de los estudios de caso para comprender mucho mejor la dimensión social del delito, de la ley penal y de la justicia criminal. Así, este año los estudiantes trabajarán y debatiremos en el curso acerca del papel de los medios de comunicación en la presión para el cambio legal, de la idea de "legislar en caliente" ante "procesos penales mediáticos", así como sobre la tensión entre nuevas tecnologías, delincuencia organizada y su difícil legislación o sobre procesos actuales vinculados con la legalidad de la seguridad pública y la seguridad global.
Solo me queda decir que este avance cada vez más práctico en esta magnífica disciplina solo ha sido posible gracias a generaciones u hornadas de muy buenos estudiantes, de los que guardo un gran recuerdo. Apenas llevamos unas clases de este curso, pero la experiencia de este año promete el mismo buen ambiente de trabajo de años anteriores, si no mejor. A disfrutar, pues.
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